Mientras Maduro asegura que jamás renunciará a su cargo, con 26 muertos sobre sus espaldas como una pesada mochila y nuevas presiones desde el exterior, Venezuela sigue al rojo vivo con una incertidumbre que se agrava.
Maduro se rodeó de funcionarios y la cúpula militar para abrir la temporada judicial en la sede del Tribunal Supremo de Justicia denunciando que Estados Unidos intenta sacarlo del cargo.
"Trump con su locura de creerse policía del mundo, cree que ya tiene un enclave colonial en Venezuela donde decide lo que le da la gana.
Si queda algo de sensatez -agregó- yo le digo al Departamento de Estado que ustedes deben respetar la orden que ha emanado del gobierno de Venezuela".
Desde el norte el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo dijo que Maduro no tiene autoridad para romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos y hablando ante la OEA lo llamó "ex Presidente".
Además anunció que el personal diplomático de Estados Unidos al que Maduro le dio el miércoles 72 horas para irse del país, se mantendrá en Venezuela.
El mandatario agregó ayer que tuvo conocimiento del comunicado emitido por Uruguay y México y que está de acuerdo con la propuesta de iniciar una nueva ronda de diálogo con la oposición, para destrabar la acuciante crisis política y social como propuso Uruguay con México.